miércoles, 5 de mayo de 2010

NUMEROLOGÍA.
Casi mes y medio ha tardado el Sporting en ponerse en jugar al futbol y olvidarse de excusas y fatalidades. Es que el lateral derecho, dice aquél. Es que la sobrecarga de partidos. Es que los de abajo aprietan como locos. Chorradas. Seis partidos más tarde de la última vez que se le recuerda el equipo volvió a dar la sensación precisamente de eso mismo, apretar sus lineas y mover el balón con cabeza. Falta definición, esto no es nuevo, pero es otra historia. El caso es que de la caraja de aquella tarde contra el Xerez, el temible equipo de Gorosito, hemos tardado en recuperarnos mes y medio. Seis semanas de exorcismos, conjuros y golpes de pecho para volver a donde estabamos aquella tarde en la que se pudo dejar cerrada la temporada, el momento en el que De las Cuevas la rompió al borde del area y todos respirábamos en la grada, qué ilusos somos, bien tranquilos.

Arreglar el desaguisado. De eso se trata. Los números son así de fríos. Dos puntos en seis partidos. Los de aquél traspiés. Para volver a la liga en el justo instante en el que se decide y permitirnos la autocrítica con sentido cuando defintivamente termine. Por eso el cuento de lo importantes que son los detalles pequeños y la necesidad de madurarlos. Porque si sumar dos puntos nos ha costado esta hernia más vale aprovechar los que están a mano y dejarse luego de lamentaciones y de hombradas. Porque si por cada media docena de ocasiones desperdiciadas, luego Soldado nos la mete por la escuadra, no sé bien lo que vale más, si las oportunidades del contrario o las nuestras, pero nuestros números, las matemáticas de la impotencia, no cuadran.

Aun hay que ver a qué sabe este punto. Los partidos de hoy le darán su verdadera medida. Si se recordará como un paso definitivo para la permanencia de los cojones o como un episodio aislado del que mejor no tengamos que arrepentirnos.

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