martes, 14 de septiembre de 2010

EL PUTO TEODOSIO.
No vale decir las cosas a destiempo. Hay que hacerlo cuando toca. Que si puedes adelantarte a los demás tiene más mérito. Por eso no queda bien venir ahora con el cuento de que Teodosic no es tan bueno o de que el tío está sobrevalorado. Aunque lleves meses (años, imposible) pensándolo y aunque de verdad te lo creas. Que el triple que nos clavó desde nueve metros y nos mando para casa no es fruto de la genialidad. Sino de una decisión precipitada muy mal tomada que tuvo a todos los santos yugoslavos rezando de cara. Y que eso. Que no es tan bueno. Camina de mala gana, todo muy medido, esa barba de cuatro días, las fintas de pase y esas poses. Mide los movimientos pero apenas repara en que mucho más importantes que sus cuatro miraditas son las jugadas con las que luego se deciden los partidos. Y ahí el tío, indiscutiblemente, estuvo como el culo.

La gente se afanaba por hacerse fotos con él. Facturamos el equipaje justo al lado de la selección serbia. Hubo un momento en el que yo también pensé en sacarme el movil de la bolsa y hacerme una posando con el tío, abrazaditos los dos, para cargarla en el facebook. Pero nada. La gente es gilipollas. Le da lo mismo hacerse una foto con el tío que nos meo en la cara que con el secretario general de la OTAN. Luego lo comentaban. Me ponían del higado. Porque está claro que la jugada y el mundial aun me duelen.

Si soplas a favor de corriente y dices de Scariolo lo que piensas, malo. Si lo contrario, mucho peor, que jubilas al italiano y lo tienes en la banda para la olimpiada de 2034. A España, esta selección, bien pensado, lo mejor que le puede pasar es que la historia termine recogiendo su lugar en el campeonato por esa jugada y se olvide de los arranques mentales de Ricky o la inoperancia de medio equipo para pasar de la ronda de cuartos y explicarse a gusto. Volvimos a donde solíamos. Nunca hay espacio suficiente para las razones cuando se pierde. Cuando se gana es otra cosa. Se habla de cambio de ciclo y se recuperan los post que florecían en la primera fase de Varsovia hace un año. A la mierda. Los extremismos y los sueños inocentes. Esos de ganar de veinte y repetir campeonato, si puede ser jugando bien, mucho mejor.

Y todo esto para decir que el domingo no estuve en el Molinón para disfrutar del 2-0 contra el Mallorca.

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