Nada mejor que hacer siempre lo contrario de lo que se espera para sembrar el caos y romper de paso algunos de los tópicos que escucho estos días:
1º.- Esto se veía venir en agosto. Los alarmistas. Ahora parece que la culpa la tienen la confección de la plantilla y, ejem, el secretario técnico. Siempre hay parte de razón. Disparas a ráfagas contra un objetivo móvil y terminas acertando, aunque sea en una pantorrilla. Se mejoró lo que había y se duplicaron las posiciones por puesto. No se pedía más, que no me jodan. Un centrocampista para acompañar a Rivera (se trajo un tío contrastado) y un delantero. De verdad son los refuerzos los culpables de todo esto? No recuerdo entonces los lamentos.
2º.- Este equipo está muerto. Lo hubiera sido de arrastrarse la segunda parte de ayer y haberlo hecho además sin orgullo ni raza. La segunda parte contra el Malaga fue lamentable, de acuerdo. Es sorprendente la capacidad para el sufrimiento que ha desarrollado este grupo y la fe en la victoria, vaya, con lo poco acostumbrados que estamos y lo mucho que se resiste. Otro empate, sí. Pero tienes la posibilidad de reducir los noventa minutos de ayer al efecto Cases y a valorar esa persistencia y el esfuerzo. O regalar el abono para la segunda vuelta. Y yo, qué quieres que te diga, lo tengo claro.