jueves, 13 de enero de 2011

RESISTENCIA.
Nada mejor que hacer siempre lo contrario de lo que se espera para sembrar el caos y romper de paso algunos de los tópicos que escucho estos días:

1º.- Esto se veía venir en agosto. Los alarmistas. Ahora parece que la culpa la tienen la confección de la plantilla y, ejem, el secretario técnico. Siempre hay parte de razón. Disparas a ráfagas contra un objetivo móvil y terminas acertando, aunque sea en una pantorrilla. Se mejoró lo que había y se duplicaron las posiciones por puesto. No se pedía más, que no me jodan. Un centrocampista para acompañar a Rivera (se trajo un tío contrastado) y un delantero. De verdad son los refuerzos los culpables de todo esto? No recuerdo entonces los lamentos.

2º.- Este equipo está muerto. Lo hubiera sido de arrastrarse la segunda parte de ayer y haberlo hecho además sin orgullo ni raza. La segunda parte contra el Malaga fue lamentable, de acuerdo. Es sorprendente la capacidad para el sufrimiento que ha desarrollado este grupo y la fe en la victoria, vaya, con lo poco acostumbrados que estamos y lo mucho que se resiste. Otro empate, sí. Pero tienes la posibilidad de reducir los noventa minutos de ayer al efecto Cases y a valorar esa persistencia y el esfuerzo. O regalar el abono para la segunda vuelta. Y yo, qué quieres que te diga, lo tengo claro.

miércoles, 5 de enero de 2011

DE OTRO PLANETA.
El futbol del Sporting, hablemos claramente, no es de este mundo. No se trata de que haya o no un patrón de juego o de que se ponga en práctica caprichosamente, cuando toque, nuestro problema es de oportunidad. De medir el momento exacto para correr en estampida o de romperla si lo pide el momento. Podría decirse que hacemos todas las cosas bien, posiblemente hasta Preciado tenga razón, pero a destiempo. Si toca rematar un corner, nos pillan en bragas al contragolpe. Jugamos en corto para burlar la presión. Y cuando la gente pide achicar espacios y empujar al rival a la caseta, concedemos faltas al borde del area porque en nuestro aprendizaje alguien se olvidó de enseñarnos todo esto y los remates y las faltas no se hacen cuando son necesarios, sino al revés. Y en éstas andamos metidos. Con problemas serios de comprensión y con medio pie en segunda. Lo hacemos todo bien. Algún día ganaremos. Hasta entonces hemos conseguido lo más fácil, que se deje de hablar de futbol para discutir de entrenadores y de ocasiones perdidas y de ofrecer al tendido muestras sinceras de agradecimiento, nuestra especialidad. La gente ponse muy galla con Preciado, que nos subió cuando nadie nos quería y bla, bla, bla. Pero lo más difícil, olvidar el desaguisao como si nada y mirar pa lante, parece dificil. Porque esto es un verdadero desastre.